lunes, 29 de junio de 2009

DANIEL HADAD Y SU SOCIO MONETA

Grupo Hadad / Moneta

En trámite de convocatoria que se lleva adelante en el Juzgado en lo Comercial N° 16 a cargo del doctor Alfredo Kolliker Frers, el grupo intenta la reestructuración de la deuda de Canal 9, con un pasivo de $ 67 millones. El grupo informó que este monto se debía a deudas contraídas en el exterior por la compra de material fílmico y por juicios laborales, responsabilidad de administraciones anteriores.
Esta situación, sumada a la necesidad de Daniel Hadad de encontrar un socio, posibilitó que la hábil muñeca negociadora de Raúl Monetta -el ex banquero que finales de los 90 estuvo prófugo de la justicia- colocara su oferta: u$s 12 millones por la mitad de un canal, el diario Infobae y su sitio web.
Voces cercanas al bunker de Moneta reconocen como activos del empresario el 32% de Amich (el ex CEI), "integrado por Cablevisión, Editorial Atlántida, Fibertel y TyC (sic)" y empresas agrícola-ganaderas, como Cabaña La República, ubicada en la localidad de Luján, y Cabaña Los Gatos, en la provincia del Chaco, sociedad en la que su mujer Claudia Arroyo Benegas tiene el 25%. También dentro del rubro agrícola estaría incluida la Corporación los Andes, integrada por sus fincas en Rivadavia y Eugenio Bustos y por el hotel ubicado en Termas de Cacheuta, incluyendo la explotación de una pileta ubicada en el mismo terreno, fuera del área exclusiva para los clientes del hotel, valuado en u$s 3,5 millones por el propio Moneta, pero que de acuerdo a las estimaciones, no llega al millón de dólares. El valor aproximado de sus negocios agroindustriales y de turismo rondan, entonces, los u$s 8 millones.

Otro tema son los activos del Banco Mendoza residual, que suman u$s 33 millones, a pesar de que todavía están en litigio.
Moneta sigue al frente del directorio de esa entidad residual que dispone de ese dinero por un saldo favorable que había quedado antes de su caída, pero que sin embargo tiene un trámite legal en curso por una deuda estimada en $ 30 millones. El empresario siempre se jactó de haber devuelto todo el dinero de sus ahorristas, pero nunca se refirió a este pasivo que se está dirimiendo en sede judicial.

Este juicio no es el único que mantiene en jaque a Moneta. Uno de los más serios es una causa por asociación ilícita, por supuestas maniobras de lavado de dinero con el Federal Bank Limited, ante el juzgado en lo Criminal N° 10. En otro, sustanciado en el Juzgado N° 6 en lo Penal y Económico a cargo del doctor Marcelo Aguinsky, por evasión fiscal, que espera el dictamen de los auditores de la Corte Suprema. Se lo acusa de no haber tributado lo que debía por la empresa Adamson Incorporated (radicada en las Islas Vírgenes Británicas) en su declaración personal de impuestos. Del resultado de estos juicios, si el fallo le es desfavorable, depende también la capacidad de caja que puede disponer el empresario: los montos que deba pagar por un fallo adverso tanto en esta como en muchas otras de las causas pueden mermar significativamente su patrimonio.

El ejemplo de cómo Moneta declaró sus ganancias ante la AFIP en 1997 en relación a Adamson, ayuda a entender por qué decidieron consensuar con Moneta el pago de la suma de la discordia, pero por otro lado ponían en marcha una ofensiva judicial por la sospecha de evasión, la causa que tomó Aguinsky.

De acuerdo a lo declarado por Moneta, el cobro de dividendos por esa sociedad constituida en mayo del '90 con sólo u$s 50 mil, le reportó durante 1997 u$s 45.187.000, habiendo declarado tener 30% de las acciones de Adamson. Pero su socio, Lucini, declaró una ganancia similar por el 15%, lo que supone de acuerdo a las investigaciones llevadas a cabo por la Comisión Especial Investigadora sobre Hechos ilícitos vinculados con el lavado de dinero de la Cámara de Diputados, que los dividendos cobrados por el banquero sólo en ese año fueron de u$s 90.300.000.

Al suscribir la sociedad con Hadad, Moneta decidió cerrar la publicación El Guardián. La periodista Susana Viau, autora de un libro sobre Moneta, describió en el diario Página 12 los porqué del cierre de esta publicación y la trama que une a Moneta con el grupo Vila-Manzano de la siguiente manera:
"Si se tiene en cuenta que Daniel Vila y José Luis Manzano, sindicados como socios de Moneta, participan del grupo propietario de América Tevé y que el ex banquero disputa al inversor texano Tom Hicks la titularidad de Cablevisión, podría suponerse que el hombre que se hundió en el escándalo a fines de los '90 junto a sus bancos Mendoza y República pretende resurgir como poderoso empresario de medios de comunicación.

Si bien Moneta nunca admitió su relación con El Guardián, eso no es un obstáculo para suponerla con buenos fundamentos: el "banquero de Menem" sigue negando aún hoy la propiedad del Federal Bank, la entidad off shore de Bahamas que, de acuerdo con todas las fuentes, incluso el propio Citibank, formaba parte de su grupo y sirvió para la circulación de miles de millones. Pero eso no sería más que una marca de fábrica: las pistas más fuertes consisten en las operaciones impulsadas desde las páginas de la revista contra todos aquellos que alguna vez se enfrentaron a los designios del ex banquero. El diputado mendocino Gustavo Gutiérrez, el ex juez Luis Leiva y Elisa Carrió fueron sus blancos favoritos.

Otros ex socios mendocinos de Moneta corrieron la misma suerte. Aunque si en el primer caso el objetivo de las campañas difamatorias era la destrucción y el descrédito, en el segundo el proceso de acoso y derribo tenía bases económicas: minar la resistencia de sus competidores. En la tarea colaboraban desde la provincia a la que pertenece su familia política y de la que, alguna vez se dijo, quería ser gobernador, el diario Uno y el Canal 9, del grupo Vila-Manzano.

Hay quienes sospechan que, en un inicio, Hadad no vio con malos ojos la existencia del semanario y recuerdan que cuando Cris Morena -productora del programa insignia del 9- firmó su traslado a otro canal, tuvo que vérselas con las tapas de El Guardián. Luego comenzaron los rumores de que Moneta había desembarcado en los estudios de Dorrego y Conde.
Se afirmaba que el empresario se había tomado muy a pecho la cuestión y dedicaba la mayor parte de su tiempo a supervisar los contenidos del canal y de El Guardián. Pero la admisión de su presencia en la emisora hacía necesario desescombrar la montaña de desconfianzas que Moneta inspiraba a un puñado de hombres del gobierno y, en especial, a Néstor Kirchner.
Un gesto en el camino a la pacificación podría ser el cierre de El Guardián, a cuyas oficinas fantasma de Puerto Madero Fidanza había llevado algunos periodistas de la Editorial Perfil, en cuyos talleres, dicho sea de paso, se imprimía.

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