En la ciudad sede de los Juegos Olímpicos 2016 y final de la Copa Mundial 2014 se da esta extraña paradoja. Aquellos que salvan millares de vidas todos los meses hoy se encuentran en una delicada situación.
Sus reclamos son más que justos. Aparte de tener los salarios más atrasados de corporaciones en Brasil, no cuentan con los equipamientos mínimos de seguridad.
Después de años han dicho basta. El bombero militar guardavidas es aquel que podemos ver a lo largo de todas las playas de Rio de Janeiro. Son hombres de musculosas rojas y amarillas observando eternamente al mar para ayudar a la población en la lucha que proponen las corrientes marinas.
Desde hace más de 10 días hacen valer sus protestas acampando y durmiendo en la vía pública, haciendo marchas y manifestaciones por toda la ciudad. Inclusive han ideado un blog donde cuentan sus penurias http://www.sosguardavidas.com/ .
El alto comando se ha mostrado reacio a sus reclamos e inclusive como en la época de la dictadura los ha amenazado con todo tipo de puniciones inclusive la prisión.
Recientemente un grupo de más de 30 guardavidas fueron transferidos a una lejana ciudad del interior donde no existe ni una piscina siquiera como reprimenda por las protestas. Recientemente la prensa flagró el comandante del segundo batallón amenazando e ironizando a la tropa.
El gobernador Sergio Cabral se ha mostrado ausente y distante en el conflicto.
Como se ve, en la eterna ciudad del samba no todo es carnaval.
Marcelo Chamorro- Corresponsal en Rio de Janeiro
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